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¿Dónde empieza y acaba la libertad de uno?

"Entre los argumentos que se alegan a favor de la despenalización de las drogas está, sin duda, el de la libertad de los ciudadanos. Entonces también habría que aceptar un derecho a suicidarse, a cometer violencias contra uno mismo y, por supuesto, un derecho a ser inmoral, alcohólico, toxicómano, perverso..., derecho que merece protección colectiva, siempre, por supuesto, que no se dañe a terceros."  

Lamo de Espinosa, E: "Por una cultura positiva de la droga" (adaptado) El Pais, 28.8.1982.


Mi libertad termina...

Mi libertad termina donde empieza la libertad de los demás. Es decir, si lo entiendo bien, que cuanto más reducida sea la libertad de los demás, mayor será la mía. Y además, que las libertades son incompatibles: una termina donde empieza la otra. Y, llevando esta frase al límite, yo sería la única persona libre si los demás perdieran ese privilegio.
No se trata de un mero juego verbal. La libertad del liberalismo –y sobre todo del neoliberalismo– es la que se describe en este mantra que se ha repetido hasta la saciedad suponiendo que expresa la esencia del respeto hacia los demás, cuando en realidad postula la más cruda competitividad.

El supuesto ideológico sobre el cual se fundamenta la libertad del liberalismo es la prioridad del individuo sobre la sociedad. Margaret Thatcher lo expresaba claramente: “La sociedad no existe”, tratando así de reivindicar el carácter real y concreto del individuo frente a la abstracción ideológica que implicaba a su juicio la concepción socialista de la vida social.
Las ideologías son inevitables en una sociedad como la humana que no está regida únicamente por las leyes que proporciona la naturaleza. Pero lo peligroso consiste en confundir la ideología propia con la realidad misma, arrojando las demás al reino de las abstracciones y los deseos utópicos. Resulta significativo que cuando se habla de la “muerte de las ideologías”, los funerales se celebren para las ideologías ajenas, mientras que las propias siguen gozando de buena salud.
Es evidente que abstracciones tales como la Razón de Estado, la Raza o la Patria han costado el cuello a más de un ser humano de carne y hueso. Pero no es menos cierto que el individuo aislado de todo aquello que lo constituye como tal (su situación en la sociedad, sus relaciones con los demás) es tan abstracto como esas grandes palabras escritas con mayúsculas.

La libertad, tal como la concibe el liberalismo, es una propiedad del individuo aislado, una abstracta capacidad de autodeterminación que sólo reconoce como límite el encuentro con otras libertades igualmente abstractas. Y la consecuencia inevitable de esta manera de entenderla consiste en la competitividad: la vida social se concibe como una competencia entre libertades cuyos límites fluctúan según la capacidad de cada una de ellas. Es decir, lo que se expresa en el título de este artículo.

El liberalismo naciente lo expresaba con más claridad: autores como Spencer o Graham Summer sostenían que el progreso social sólo podría desarrollarse al precio de no interferir en la lucha entre los miembros más fuertes y los más débiles de la sociedad, siguiendo el modelo de la evolución de las especies. Summer resumía así este darwinismo social: “Quede bien claro que no podemos salir de esta alternativa; libertad, de-
sigualdad, supervivencia del más apto; no libertad, igualdad, supervivencia del menos apto. El primer término de la alternativa lleva a la sociedad hacia adelante y favorece a sus mejores miembros; el segundo lleva a la sociedad hacia atrás y favorece a sus peores miembros”. Es decir, la libertad es el trofeo que consiguen quienes triunfan en la lucha por la existencia y por tanto nunca puede ser patrimonio universal.

¿Implica la crítica a la concepción liberal de la libertad una defensa del absolutismo colectivista que anula la libre decisión individual? Buena parte del discurso liberal así lo pretende, mostrando –con razón– los resultados nefastos de estados absolutistas que anularon la capacidad de decisión del ser humano concreto pero callando las no menos nefastas consecuencias del liberalismo salvaje que inspiró el desarrollo del capitalismo.
La opción entre individuo y sociedad es una falsa opción. Los hombres sólo pueden ser libres en la sociedad y la sociedad sólo puede ser libre asegurando la libertad de sus miembros. Y ello implica comprender que la libertad no es una de las posesiones de un individuo autosuficiente sino un modo de relación social, aquel en que se eliminan las relaciones de dominación. Es decir, será libre la sociedad en la cual sus integrantes no sean considerados como meros instrumentos sino que sean reconocidos como “fines en sí mismos”, por usar una terminología kantiana. Y sólo estas relaciones libres son las que aseguran la libertad de cada uno de ellos. Desde este punto de vista, la libertad de los demás no sólo no constituye un límite a la libertad propia, sino que es la única manera de asegurarla, ya que en una relación de dominación no es libre ninguno de sus miembros: el esclavo es una posesión del amo, pero el amo depende del esclavo para asegurar su vida, parafraseando a Hegel. Solamente desde la superación de la opción entre individuo y sociedad la libertad puede universalizarse.

¿Utopía? Sin duda. Pero sin entrar en el tema de la eficacia histórica de las utopías conviene recordar que no menos utópica es la libertad tal como la concibe el liberalismo, que postula –contra toda evidencia histórica– la reconciliación de los intereses competitivos por medio de la acción de una mano invisible que convertiría la libertad egoísta del individuo en fuente de cohesión social. Liberalismo al que, sin duda, hay que agradecerle muchas cosas: todos –casi todos– somos liberales en la medida en que rechazamos cualquier injerencia estatal en nuestra vida privada, nuestras convicciones personales o en la manifestación pública de nuestras opiniones. Pero de ahí a sacralizar la competencia como criterio de organización social hay un largo trecho. Porque, mal que le pese a Margaret Thatcher, la sociedad sí existe..
Augusto Klappenbach es periodista y escritor.
Ilustración de Mikel Casal

Lee este artículo AQUÍ sobre el tema de la libertad extraído de Público.es   y luego escribe un comentario dando tu opinión sobre el tema. En la misma debes:

a. Mostrar claramente tu acuerdo o desacuerdo.
b. Dar algunos ejemplos que apoyen tu punto de vista.
c. Matizar algunos aspectos que no te parezcan igual de importantes.
d. Reiterar tu opinión antes de despedirte.

RECURSOS:
a. Presentar el tema: Para comenzar, para empezar, etc.
b. Exponer el tema: Me gustaría decir que, en primer lugar quiero decir, la verdad es que...
c. Expresar acuerdo o desacuerdo: estoy en contra, no es verdad que, no tiene sentido, estoy a favor de, es obvio que, sin duda alguna, etc.
d. Poner ejemplos: como por ejemplo, como se puede ver en, como se dice en, etc.
e. Enumerar argumentos: antes que nada, para empezar, por un lado/por otro, por una parte/por otra, en primer/segundo lugar, etc.
f. Conclusión y reflexión final: en resumen, para concluir, concluyendo, para terminar, etc.

42 comments:

Julia R. dijo...

Para empezar quiero entrar en detalle acerca de los pensamientos que expresa Augusto Klappenbach al principio del texto: explica que cuanto más reducida sea la libertad de los demás mayor será la suya, y llega a la conclusión que él sería la única persona libre si los demás perdieran ese privilegio.

Sin duda alguna queda claro que en una sociedad el individio no posee maxima libertad, dado que sus acciones siempre están censurados de fuera – de la ley, o de convenciones sociales. Entonces, imaginamos por ejemplo una persona que vive en una cabaña en el bosque separado de la sociedad. Parece ser libre, porque no hay nadie que le juzga como tiene que organisar su vida, sea en el trabajo o sea en el respeto de las normas que limitaron su modo de tratar antes en la sociedad. En el bosque vive en soledad y puede dejar libre curso a sus impulsos. Pero aquí empiezan ya algunos problemas: el eremita tiene que arreglarse la vida por si mismo, tiene que alimentar a si mismo y protejerse de los peligros en la naturaleza. Siempre tiene que andar con cuidado para no perder su vida, o morir de hambre.

Es esto verdaderamente una vida libre? Para mí no. Este hombre tiene la opción de hacer lo que quiera, cuando quiera, pero sin embargo tiene que ponerse reglas y organizarse para tener una cama para la noche y algo para comer. En cambio la sociedad da a sus miembros un cierto grado de libertad, bajo la condición de respetar esta misma de los demás, facilitando así la vida del individuo.

En resumen se puede decir que estoy muy de acuerdo con la conclusión que tiene el autor del texto cuando dice que la libertad solamente puede universalizarse desde la superación del la opción entre individuo y sociedad. En mi opinión sí es posible tener individuos libres EN una sociedad.

Carmen S. dijo...

Nunca en mi vida he concebido la regla de que ``mi libertad termina donde empieza la libertad de mi próximo ´´ tal como lo describe Augusto Klappenbach en su artículo ``Mi libertad termina´´. Pero leyendo sus argumentos me puedo imaginar que se podría interpretar de diferentes maneras esta regla dorada del comportamiento social. Digo que se podrían interpretar así porque pienso que lo que describe el autor son casos extremos y no me puedo imaginar que haya mucha gente hoy en día que interprete la libertad de manera social-darwinista.

Sin embargo estoy de acuerdo con Klappenbach de que estas interpretaciones serían falsas. Que no se debe elegir entre el individuo y la sociedad porque el hombre es un ser social que no puede vivir sin los demás, si no, no sería tan cruel la detención en régimen de incomunicación. Quizás el problema con la libertad es que existan demasiadas concepciones de lo que signifique la libertad. Cada ideología, incluso cada individuo ofrece otra definición. Para algunos por ejemplo la libertad significa el derecho de defenderse con armas, para otros la libertad es su primer coche.

Concluyendo se puede destacar que el tema de la libertad personal quedará un punto de fricción en la existencia del ser humano, pero este escenario es mejor que lo de individuos aislados sin contacto ninguno.

Tobias S dijo...

Augosto Klappenbach destaca en su texto sobre la libertad dos puntos principales. El primer es que tenemos relaciones entre los libertades de cada uno. Los libertades no son aísladas, se influyen mutuamente. Por eso, no es posible la existencia de una libertad absoluta, porque lo más libertades yo tengo, lo menos libertades tienen los demás. Además no se debe olvidar la importancia de la sociedad. La misma nos impone deberes, desarrolla normas y valores que influyen nuestra libertad. Por ejemplo, mentir en el público no es prohibido, pero si lo haces a menudo, vas a suffrir de las consecuencias, que podrían ser que nadie te respetaría más. Con este ejemplo ya pasamos por otro aspecto. La prohibición. En nuestras sociedades tenemos leyes que restingen la libertad. Y eso es la suerte, porque imagínate se podrías matar a alguien o robar a alguien sin sanciones despues. Como pueden ver, me pongo mucho de acuerdo con las ideas principales de Klappenbach. Sus ideas del Darwinismo social y de una sociedad de fuertes y débiles me parece sumamnete bien observado, y desgraciamente también muy real. Sin embargo, el autor exagera la situación a veces. Tan mal no estamos. Todavía tengo libertades. En mi opinión, hay que distinguir a la vida privada y la vida pública. En la primera creo que estamos casi totalmente libros en lo que afecta a nuestras decisiones. Pero en la segunda debemos que seguir a las expectaciones y reglas sociales y estatales. Y eso es la pena.

En resumen, podemos decir que tenemos una libertad parcial, que está influído de muchas diferentes cosas, pero para la cuaya sobrevivencia tenemos que luchar. Siempre debemos tener una vista crítica a las restricciones estatales.

Saskia W. dijo...

Para empezar quiero aclarar que para mí las ideas del artículo “Mi libertad termina…” no concordan con las mías. Dice que la libertad de uno sea mayor cuando la de los demás sea reducida. Pienso que no somos libres verdaderamente. Vivimos en una sociedad en que tenemos que limitar nuestra supuesta libertad para que funcione la convivencia.

En primer lugar quiero decir que con una libertad absoluta sería posible de matar a alguien sin castigo. Asimismo no podríamos sentir desesperación, porque no es un sentimiento que queremos sentir, ¿no?

En segundo lugar pienso que es muy peligroso de hacer dependiente la misma libertad de la de los demás. Libertad de sí mismo no podría significar que yo limito la misma a los otros.

En una sociedad toda la gente tiene que respetar a las leyes y las normas en que se arreglan la mayoría. En caso negativo, vivimos como animales. Como por ejemplo, si matamos a alguien por motivos bajos.

Para resumir se puede decir que en una sociedad no existe la libertad absoluta, pero entre el límite el que nos da la sociedad, las leyes etc., podemos sentirnos libres.

Despia K. dijo...

Para comencar con la análisis del texto de Klappenbach tengo que decir primero que unos aspectos son un poco confudidos. Como su declaración que cuando más reducida sea la libertad de los demás, mayor será suya. Pero en general estoy de acuerdo que dice Klappenbach sobre la libertad.

Estoy a favor con sus argumentos que dice al final. Por ejemplo que la libertad no es una posesión de un individuo autosuficiente sino un modo de relacción social. El humano necesita reglas y un orden en su vida y también un sentido de partenencia, por eso no puede ser libre totalmente como se escribe con la persona aislada. Sin duda alguna, y eso es mi opinión, un hombre aislado también establece sus reglas, consciente o inconsciente, porque las necesita para arreglarse en el mundo, para dar estructura a su transcurso del día. Además por un humano aislado sería phisicamente y psíquico duro ponerse contra la sociedad para vivir la vida individual.
Eso muestra que no es necesario aislarse para vivir su libertad. Como se puede ver al final, cuando Klappenbach dice que casi todos somos liberales porque podemos reachzar la injerencia estatal en nuestra vida privada, en nuestra opinión y en otros casos aunque somos miembros de la sociedad.

En resúmen se puede ver que podemos vivir en una sociedad y tener la libertad hacer lo que querra pero en una medida determinada. Sobre todo porque cada una persona tiene su própia imaginación de libertad. Para un niño libertad significa ir al colégio solo, y para una mujer que está opresionada de su familia significa tener un remedio para huir de su familia y vivir la vida que quería vivir. Esos ejemplos quizas parecen extremos pero muestran la envergadura de la palbra libertad. Por eso tampoco se puede decir que la libertad de una peresona termina donde empieza la libertad de los demás.

Amelie F. dijo...

Leer el artículo de Augusto Klappenbach me pareció muy interesante. Resulta una cuestión díficil la de la libertad y la sociedad. Para empezar, uno tiene que preguntarse qué exactamente significa el término libertad y si realmente existe algo como una libertad absoluta. Además, hay que pensar en la importancia de la sociedad: ¿tiene más una influencia positiva o coarta sus miembros?

Klappenbach escribe que la libertad de uno termina donde empieza la libertad de los demás, o sea las libertades son incompatibles. Es obvio que tenga razón con ese pensamiento, porque mientras más libertad uno tiene en una sociedad más reducida es la de los demás. Hay gente pensando que la libertad sea la prioridad del individuo sobre la sociedad. En mi opinión, la sociedad es un factor importante para la libertad dado que el hombre es un ser social. Es claro que uno nunca puede tener una libertad absoluta siendo parte de una sociedad, pero tampoco lo tuviera siendo aislado. La convivencia es un dar y recibir y como tal implica ventajas igual que desventajas. Siendo parte de una comunidad da libertad a uno igual que se lo coge. Según el texto, la libertad de los demás no sólo constituye un límite a la libertad propia, sino que es la única manera de asegurarla. En cuanto exista una relación de dominación, no es libre ninguno de sus miembros.

Concluyendo, pienso que vivir en una sociedad coarta los hombres pero, como también da libertades a uno, es más una ventaja. Aparte de eso, es cuestionable si una libertad absoluta realmente sea de desear.

Fabienne G. dijo...

El autor Augusto Klappenbach formula al principio de su artículo la tesis “Mi libertad termina donde empieza la libertad de los demás” explicando que cuanto más crece su libertad más disminuye la libertad de los demás y al revés. ¿Pero tiene razón con esa afirmación? En mí opinión es verdad lo que escribe.

En primer lugar uno tiene que tener en cuenta que obviamente nosotros todos tenemos que moderarnos en nuestros libertades para hacer posible una convivencia pacífica de la que gozamos en una sociedad justa e igual.

Pero diciendo esto quiero añadir que mientras pierdo libertad para la sociedad al mismo tiempo gano libertad de la sociedad cediendo una parte de la mía. Es decir, si tuviéramos todos los libertades que nos gustaran, una vida en común no sería posible.

Por ejemplo con respecto a la protección de los miembros de la sociedad. ¿Si cada uno pudiera hacer lo que le da la gana quien se cuidaría de las personas más débiles que existen en cada sociedad? ¿Y además quien podría garantizarme que yo misma soy protegida contra criminalidad y violencia de los demás?

Otra pregunta que ocurre en este contexto es ¿dónde empieza la libertad de los demás? ¿Tengo yo el derecho de violar las libertades de los otros para llevar a cabo la mía? ¡Definitivamente no! Entonces es razonable que la libertad de los individuos tiene que ser restringido para asegurar la libertad de todos.

En resumen es verdad que cada uno tiene que renunciar su libertad en algunos partes para garantizar la libertad de los demás pero el precio que tuviéramos que pagar para una libertad total sería tan alto que a mí me resulta menos valiente que una vida segura, tranquila y protegida.

Fiona Z. dijo...

Para empezar estoy de acuerdo con Augusto Klappenbach cuando propone que la única manera de asegurar la propia libertad es si los demás también la tienen ya que por ejemplo en una dictadura nadie es libre.
La verdad es que si nadie respeta la libertad del otro, nadie estará libre. No tiene sentido que la propia libertad termine donde empieza la libertad de los demás. Para mí esto nunca funcionaría porque habría una reacción en cadena, o sea, que cada individuo le quitaría la libertad al próximo hasta que solo una persona se quedaría en libertad y a esta la matarían en seguida por razones de envidia u odio.
Como se puede ver en países pobres, no es posible de comprarse su propia libertad. Si la parte mayor de la población está sufriendo y luchando para sobrevivir, esto también va a afectar a la libertad de los ricos. Yo hasta diría que la libertad depende de las condiciones en las que la sociedad está. Si comparamos Venezuela con Alemania, por ejemplo, los alemanes tienen mucha más libertad que los venezolanos ya que en Alemania se puede caminar por las calles sin miedo de ser atacado.
Para concluir, la libertad solamente puede existir si cada individuo de una sociedad es libre y sobre todo si hay un mutuo beneficio entre la sociedad y cada individuo.

Julia S. dijo...

El tema de "la libertad de cada uno" ya hace tiempo me parezca muy interesante. Lamentablemente no es posible de hallar salida del circulo vicioso compuesto por libertad-sociedad-individuo.
En general se puede decir que yo doy la razón a señor Klappenbach aunque en mi opinion sea necesario de diferenciar mas.
No todo que vale por ti mismo vale automaticamente por los otros.
En el momento en que alguien ha comprendido que el no esta libre y que su trocito de libertad siempre choca contra la sociedad, hay dos posibilidades.
Un individuo se pueda derrocar en una crisis existencial muy grave y finalmente fraccionarse de su cognición u otro individuo aprenda vivir en la sociedad y adaptarse a la realidad.
Pero lo mas frecuente caso sea que el individuo no se da cuenta de su libertad limitado. Este individuo no realiza las obligaciónes de la sociedad y no se mosquea por estar desterrado en un rotor como el hámster.
Es obvio que estos individuos no se sienten forzosos. Se contentan con la libertad de eligir que diario quieren leer o que quieren ir en bus o en coche. Pero eso claramente no es la libertad de que habla Klappenbach!
En resumen se puede decir que el tema de libertad es un tema muy complejo y que hay diferentes puntos de vistas sobre la problematica. Pero es innegable que el individuo nunca puede ser totalmente carente porque el humano es hecho por vivir en sociedad y no puede sobrevivir sin contactos sociales. Por eso tenemos que balancear nuetra libertad dentro de la sociedad.

Nataliya B dijo...

No estoy muy de acuerdo con el argumento de Augusto Klappenbach, “mi libertad termina donde empieza la de los demás”, porque para mi no es una cuestión de libertad, si no de respeto y educación.
LIBERTAD es una palabra preciosa que evoca un significado de algo bueno, una sociedad utópica donde todos vivamos en paz, donde todo el mundo tenga derecho a su propio espacio y a expresar libremente sus opiniones sin miedo ninguno a recibir represalias por ello, pero también, lamentablemente, evoca cosas terribles. En nombre de la libertad se han librado guerras que han costado millones de vidas, en nombre de la libertad se han cometido terribles atentados terroristas y asesinado impunemente a gente inocente, en nombre de la libertad se mantiene encerrado a gente en las cárceles solamente por opinar o profesar religión diferente.
Si hay respeto, nada termina y empieza en ningún punto en conqreto, no necesito ceder mi derecho para que tu obtengas los tuyos, si no que encontraremos la solución dialogada para convivir en paz y eso se obtiene con respeto y educación.
Si educamos en el odio al diferente, la gente no se respetara y si no se respetan nunca podrán vivir en paz. LIBERTAD no es vivir como quieras y hacer lo que quieras cuando quieras.
Es por eso que para mi la libertad es una cuestión de “respeto y educación”. Cuando consigamos vivir en una sociedad donde la educación y el respeto al semejante sean los pilares fundamentales de esta, entonces y solo entonces conseguiremos vivir en LIBERTAD.

Maria S dijo...

Para empezar, me gustaría mencionar un argumento que propone Augusto Klappenbach en su articulo „Mi libertad termina...“. Se refiere al dicho: „Mi libertad termina donde empieza la libertad de los demás“. Klappenbach expresa que la libertad entera de una persona significa la perdida de la misma de otras personas.

Es obvio que siempre hay algún conflicto entre la libertad de una persona y la de otra. Pero creo que es importante reflexionar sobre lo que de verdad significa „libertad“. Para alguna persona viviendo en Europa, libertad puede significar el poder de eligir donde vivir. Para otra persona puede significar no estar en prisión. Pienso que siempre depende del punto de vista de cual se mire. En estos dos casos hay una diferencia fundamental. En el primer caso puede que haya un conflicto con otras personas que se sienten molestado si alguien decide de vivir, por ejemplo, en su jardín. En el segundo caso, el no estar encerrado no implica ningún conflicto con otras personas (por lo menos a primera vista).

El articulo dos de la constitución alemana se refiere exactamente a ese problema: „Toda persona tiene el derecho al libre desarollo de su personalidad siempre que no viole los derechos de otros“. Esto significa que la sociedad alemana se basa en el derecho de libertad de cada una persona. Pero sin embargo es un Estado social que se preocupa de sus miembros débiles de su sociedad. Así que opino que si es posible y ademas recomendable tener una sociedad que soporta la libertad del individuo sin dejar atrás los intereses de los miembros débiles.

Para resumir, se puede decir que es importante darse cuenta de que puede haber varias definiciones de „libertad“ y que es posible unir los aspectos libertad y sociedad como en la sociedad alemana.

Verena W. dijo...

El texto de Augusto Klapenbach trata, como ya se ve en el título, de la libertad. Diciendo que las libertades son incompatibles, él es de la opinión que lo más libertades tiene uno, lo menos tienen los demás. También el autor destaca la importancia de la relación entre la sociedad y el individuo. Según él, la sociedad solo puede ser libre y sin dominación, cuando sus miembros son "fines en sí mismos".
Respeto a su opinión, me gustaría decir que yo estoy de acuerdo con lo que dice él. Cada persona tiene que mediatizarse de alguna manera para mantener el ordén de la sociedad. Uno no tiene la lbertad de tomar el coche de alguién sin preguntarle. Como se puede ver en el ejemplo anterior, la relación mutua entre los libertades de la gente garantiza una convivencia más o menos pacífica.
Para concluir, yo pienso que cada uno debería pensar no solo en la libertad suya, pero también en que medida la propia libertad limita la de los demás.

Christina J dijo...

El artículo de Augusto Klappenbach dice que el fin de la libertad está, donde comienza la libertad de los otros personas. Critica el liberalismo, que constata la primacía del individuo sobre la sociedad, pero tampoco apoya el colectivismo. Estoy de acuerdo con Klappenbach en sus puntos de vista.
Para comenzar, estoy a favor de que Klappenbach niega el punto de vista de Margaret Thatcher y constata que “la sociedad sí existe”. No existen individuos aislados sino siempre se encuentren en una sociedad. En consecuencia, es obvio que el individuo no puede ser primario antes de la sociedad. Por eso, los términos abstractos del liberalismo parecen ser más ideológicos que reales. La competencia de libertades no está sólo entre individuos, como en el darwinismo social, pero también entre individuos y la sociedad.
En segundo lugar, hay que añadir que, con eso, el autor no quiere defender el absolutismo colectivista. Sin duda, hay ejemplos de fracaso del capitalismo que favorece el colectivismo o del absolutismo que ignora la libertad del individuo. Estos ejemplos muestran, que la primacía de la colectividad tampoco es una opción realista.
Para concluir, estoy a favor de la opinión del autor en su defensa de una “universalización de la libertad”. Representa una mutua dependencia del individuo y la colectividad en lugar de la opción entre los dos. Los hombres necesitan la sociedad para ser libres y la sociedad tiene que asegurar la libertad de los hombre para funcionar y ser libre.

Julia R. dijo...

Lo que me falta en la argumentación de Nataliya es un ejemplo concreto de sus afirmaciones. Dice que no está de acuerdo con la cita de Klappenbach, porque según ella la libertad no tiene nada que ver con derechos, sino con respeto y educación. Coincido con ella que esto es una imaginación muy linda, tener una sociedad basada en respeto, pero esta misma no es trasladable a la vida real, porque cada uno tiene otra idea de lo que es el respeto y la buena educación. Si vas a preguntar a mil personas qué es la buena educación vas a tener mil opiniones diferentes. Por eso sí es necesario tener algunos leyes que determinan los derechos y con esto las libertades de la gente. Además me atrevería decir que las sociedades como por ejemplo la alemana o española están compuestas (mayoritariamente) de personas bien educadas y respetuosas – y no lo son porque se les diga una ley, sino porque han aprendido que muchas veces se facilita la convivencia con los semejantes tratándoles con respeto. Sin embargo está misma gente no va responder con claridad: “Si”, cuando se les pregunta si tienen libertad. Da ahí pienso que respeto y buena educación naturalmente son importantes, pero no son equivalentes con el concepto de la libertad.

Sabine K dijo...

El escritor Augusto Klappenbach comenta en su artículo “Mi libertad termina...” el tema amplio de la libertad y saca la conclusión de sus análisis que el término libertad debe ser visto unido al concepto de la sociedad. Según él , “los hombres sólo pueden ser libres en la sociedad y la sociedad sólo puede ser libre asegurando la libertad de sus miembros.”
Yo estoy de acuerdo con él acerca de esa teoría y creo que si todos tuvieran eso en cuenta, el mundo sería más justo, porque ser consciente de que existe una sociedad significa actuar con respeto hacía los demás y valorar la libertad de los otros.
Pero a mi juicio este concepto teórico de la libertad y de la sociedad es substituido muchas veces en la prática por el dicho “Mi libertad termina donde empieza la libertad del otro”. A primera vista el dicho parece justo y promete que todos disfrutan de cierta libertad, pero al pensarlo otra vez se puede entender así que cuanto mayor sea la libertad de una sola persona, más y más reducida será la de los demás. Klappenbach menciona eso también y admite que la libertad nunca puede ser un patrimonio universal. Según el modelo del darwinismo es muchas veces así en la realidad que unos pocos toman posesión de la libertad mientras el resto sufre por ellos.
Klappenbach dice que la libertad no puede ser un patrimonio universal, pero yo pienso aún más: la libertad ni existe! Cada persona depende de otra – igual que posición o poder tiene en la sociedad. Nadie es independiente de los demás y es verdad que dice Klappenbach que en una relación de dominación tanto el esclavo como el amo dependen el uno del otro.
Concluyendo puedo decir que el término de la libertad no debe ser visto como absoluto, porque una libertad absoluta sólo sería propiedad de un individuo aislado y por eso no existe. Más se debe entender la libertad – como Klappenbach menciona también- como un conjunto del individuo y de la sociedad que funciona, si cada uno actua respetando a los demás.

Saskia W. dijo...

Acabo de leer el texto de Verena W. sobre el artículo de Klappenbach.

A mí en general me gusta lo que escribió ella. Aunque es un texto un poco corto, menciona unas informaciones importantes, que por ejemplo las “libertades son incompatibles” o que solo existe una convivencia pacífica si mantenemos la libertad de la gente.

También da un ejemplo, que en una sociedad que debe funcionar no se podría tomar un coche de alguien sin preguntarle.

Lo que a mí me llama la atención es que faltan párrafos que subdividen el texto en unidades temáticas. Más que su texto sea muy corto, sería más fácil leerlo separando en párrafos.

En mi opinión sería mejor si habría escrito un poco más información sobre el texto original, porque es un texto que lleva muchos detalles en sí. Y en este caso sería posible de dar más aspectos subjetivos que constituyen un comentario.

Tobias S dijo...

Me gusta mucho el comentario de Maria. Ella no simplemente empieza a escribir su opinión , sino se esmera también en destacar que la expresión "libertad" puede signifiquar un valor bastante variable, dependiendo de la cultura o del estado en lo cual la gente vive. Eso me parece bastante listo, porque se puede discutir mejor cuándo tenemos un marco definido. Además, el uso de ejemplos (como el del jardín) hace su comentario más vivo y convincente. Me gusta sobre todo que Maria aun se refiere al articulo dos de la constitución alemana. Eso ortoga una cierta profundidad al texto y hace sus reflexiones intelectual. Bastante bien hecho.

Christina J dijo...

Lo que me gusta del comentario de Verena es que ella menciona no sólo la intención del liberalismo sobre el tema de la libertad, pero también la opinión de Klappenbach. Eso es lo que falta en los demás comentarios. Es obvio que Klappenbach no es de acuerdo con el liberalismo con que “la libertad termina donde empieza la libertad de los demás”. Al contrario, está criticando partes de esa frase. Verena aclara esto cuando habla de que los individuos hay que mantener el orden de la sociedad también, y por eso la libertad termina no sólo donde empieza la de otras personas sino también la de la sociedad. Me gustaría añadir que en el comentario de Verena faltan algunos ejemplos para probar los argumentos y hacerlos más concretos.

Fiona Z. dijo...

Para empezar estoy muy de acuerdo con el comentario de Sabine K. Ella tiene la misma opinión que yo y además lo presenta de una manera muy clara y lógica.
Me gustaría decir que yo también creo que la libertad de cada uno y la libertad de la sociedad solo pueden existir si hay algo como una simbiosis entre ellos. Lamentablemente en las sociedades de hoy en día, y, por supuesto también del pasado, siempre hay individuos que no respetan a la sociedad y sobre todo a los otros miembros de esta sociedad. Esto puede producir problemas graves y dañinos, hasta que podría acabar en una guerra.
Además estoy de acuerdo con Sabine en el punto del darwinismo: Siempre hay una persona que quiere ser más poderosa que los demás, y si en este momento la sociedad está desequilibrada puede suceder que esta persona empiece una dictadura. Este fenómeno se ha visto muchas veces en el pasado, como por ejemplo en Alemania con el socialismo nacional, pero también sigue ocurriendo todavía si miramos algunos países de Africa.
Es cierto que nadie realmente es libre en una sociedad aunque es importante de añadir que cada sociedad tiene otro concepto de libertad. En los países árabes ,por ejemplo, una mujer tiene mucha menos libertad que el hombre, cuyo fenómeno no existe en nuestra sociedad.
Para concluir se podría decir que hay que haber una simbiosis entre la sociedad y cada individuo aunque lamentablemente no siempre funciona. En una sociedad nadie realmente puede ser completamente libre porque sino la sociedad no tendría un equilibrio.

Theresa V dijo...

No estoy de acuerdo con Fiona que dice que “no tiene sentido que la propia libertad termine donde empieza la libertad de los demás”. Creo que la libertad de cada uno si es determinada por correlaciones con las ideas sobre la libertad de las otras personas. Por eso, vivimos en una sociedad con reglas y normas que todos tenemos que respetar aunque a uno le gustaria vivir de otra forma, y sin embargo no matamos a una persona concreta que esté a final de la “cadena” como dice Fiona. En nuestra sociedad tenemos todos los mismos derechos, no queda una persona que esté más libre que otra persona, o sea que no existe una jerarquía de libertad dentro de una sociedad.

Asimismo, no estoy de acuerdo con que “la libertad solamente puede existisr si cada individuo de una sociedad es libre”. En mi opinión no hay ninguna persona que sea libre completamente, ni siquiera si fuera la única persona en el mundo. Nuestras vidas son determinadas, sea por la naturaleza o por reglas que estan en vigenzia dentro de una sociedad, sea dentro de un estado, un grupo religioso o un club deportivo. Sin estas normas no estaríamos capaces de vivir como vivimos ahora. El mundo sería un caos. Nunca serámos libre completamente.

Franziska E. dijo...

Para comenzar quiero retomar los argumentos del filósofo Augusto Klappenbach sobre la concepción liberal de la libertad. Su argumentación me parece convincente y me hacía pensar profundamente sobre este tema.
Estoy a favor de sus ideas y su crítica.

A primera vista la declaración de los liberales, “Mi libertad termina donde empieza la libertad de los demás”, suena razonable interpretando que hay que respetar los derechos de los demás tanto como los propios. Pero según Klappenbach eso lleva en realidad a una tremenda competitividad entre los seres humanos.

Conforme a la ideología liberal, el individuo es lo más importante, en todo caso tiene prioridad sobre la sociedad.
Pero sin duda alguna, Klappenbach tiene razón, cuando pone en tela las consecuencias de una tal concepción de la vida. Cada uno tiene sus propias opiniones, su propia concepción de la vida, su propia ideología, que se diferencia más o menos considerable de la de los demás. Entonces un mayor valor del individuo frente al conjunto de todos, es decir la sociedad, llevará a un egoísmo profundo. O como lo interpreta Klappenbach, si los otros no tuvieran el derecho de ser libre, no habría nada para limitar mi libertad. En consecuencia cada uno tratará a aumentar su libertad perjudicando a los demás.

Por lo tanto la libertad, como la concibe el liberalismo, significa que el individuo queda aislado, ya que no existen la sociedad o las relaciones sociales, pero solo la competitividad. O aún peor como se puede ver en la citación de los dos autores liberales, existirá un darwinismo social, donde el más apto supervive en una ‘sociedad’ egoísta de individuos aislados.

Para concluir quiero decir que estoy a favor de los argumentos de Augusto Klappenbach. No se puede decir cual es más importante, el individuo o la sociedad. Los dos se influyen mutualmente y ambos tienen el mismo valor. Una persona sola nunca puede ser libre, tampoco si todos los demás no tienen ningún derecho. La libertad depende de la sociedad.

Franziska E. dijo...

Me gustó bastante el comentario de Julia R. Empezó con una introducción muy buena que presenta el tema del ensayo de Augusto Klappenbach en sus propias palabras.

Después destaca el problema de la libertad, que nunca puede ser total, y da un muy bueno ejemplo, de un eremita en el bosque que vive fuera de la sociedad. El ejemplo muestra que la libertad significa para cada individuo algo diferente, que también depende del punto de vista, desde lo que uno la interpreta, y que viviendo en un mundo de siete mil millones habitantes, los individuos tienen que aceptar acuerdos con los demás.

Me parece muy bien su comentario. Ha pensado mucho sobre el tema y ha logrado transmitir su propia opinión sobre los pensamientos del filósofo. Quizá hubiera podido ocuparse un poco más de las ideas y las interpretaciones de Augusto Klappenbach en el articulo.

Carmen S. dijo...

He elegido el comentario de Nataliya B. porque ella retoma a un aspecto que mencioné en mi proprio comentario, pero ella sabe formularlo de una manera más exacta. A parte de afirmar que existen diferentes concepciones de la libertad opina que muchas veces la libertad se utiliza como herramiento para conseguir más poder. Estoy de acuerdo con Nataliya en que se cometieron demasiadas crueldades en el nombre de la libertad y desgraciadamente, seguidores de diferentes ideologías siguen cometiéndolas.

Sin embargo, me gustaría también criticar una cosa de la que pienso que Nataliya se equivocó. En mi opinión la frecuentemente citada frase de ´´mi libertad termina donde empieza la de los demás´´
de Augusto Klappenbach no representa ni un argumento ni una opinión de Klappenbach, sino solamente una posible interpretación de la idea de la libertad que luego Klappenbach critica él mismo en su proprio texto. Tampoco estoy segura de lo que Natalyia dice sobre el respeto y la educación. Para mi la libertad va mucho más allá del respeto y de la educación. Y me puedo imaginar que haya situaciones en las que el respeto no sea suficiente para resolver un problema de libertad individual. Pero sin duda alguna, el respeto es elemental en la prevención contra conflictos entre libertades individuales.

Amelie F. dijo...

A mí me gusta el comentario de Nataliya. En su opinión, el respeto y la educación son muy importantes para la libertad de cada uno. Cómo somos seres sociales y miembros de una sociedad, pienso que es algo fundamental.
La referencia a que el término libertad igual puede tener un significado negativo me parece interesante. Dice que, por ejemplo, también había guerras en nombre de la libertad.
Hay que preguntarse qué exactamente significa libertad. ¿Qué es la definición de este término?
Aunque no creo que sólamente la educación y el respeto a los demás sean la clave de la libertad, es cierto que sean necesarios para hacer posible una convivencia pacífica.

Fabienne G. dijo...

Lo que escribe Saskia W. en su comentario me parece por un lado verdad pero por otro lado un poco equívoco. En el primer párrafo dice que no está de acuerdo con lo que piensa Klappenbach cuando dice que su libertad termina donde empieza la libertad de los demás porque según Saski no somos libres verdaderamente. En las siguientes secciones da ejemplos de como sería la convivencia en una sociedad con libertad absoluta.
Creo que se expresa ambiguamente porque para mí esto es exactamente lo que describe Klappenbach en su artículo. No existe una libertad absoluta porque la libertad de uno termina cuando empieza la libertad de otros y como consecuencia no tenemos el derecho a por ejemplo dañar a los demás. Entonces Saskia tiene razón con lo que dice pero yo no entiendo muy bien por que ella no da su consentimiento a las afirmaciones de Klappenbach aunque ambos expresan la misma idea sólo con diferentes palabras según lo interpreto yo.

Theresa V dijo...

No estoy de acuerdo con Fiona que dice que “no tiene sentido que la propia libertad termine donde empieza la libertad de los demás”. Creo que la libertad de cada uno si es determinada por correlaciones con las ideas sobre la libertad de las otras personas. Por eso, vivimos en una sociedad con reglas y normas que todos tenemos que respetar aunque a uno le gustaria vivir de otra forma, y sin embargo no matamos a una persona concreta que esté a final de la “cadena” como dice Fiona. En nuestra sociedad tenemos todos los mismos derechos, no queda una persona que esté más libre que otra persona, o sea que no existe una jerarquía de libertad dentro de una sociedad.

Asimismo, no estoy de acuerdo con que “la libertad solamente puede existisr si cada individuo de una sociedad es libre”. En mi opinión no hay ninguna persona que sea libre completamente, ni siquiera si fuera la única persona en el mundo. Nuestras vidas son determinadas, sea por la naturalze o por reglas que estan en vigenzia dentro de una sociedad, sea dentro de un estado, un grupo religioso o un club deportivo. Sin estas normas no estaríamos capaces de vivir como vivimos ahora. El mundo sería un caos. Nunca serámos libre completamente, y sin embargo existe la libertad dentro de una sociedad si bien restringida.

Maria S. dijo...

Me gustaría dar un comentario sobre lo que ha escrito Fiona Z. Compara la libertad que tiene la gente en Alemania con la que tienen los venezolanos. Dice que los alemanes tienen mucho más libertad porque pueden caminar por las calles sin miedo de ser atacado. En esto aspecto sí creo que es verdad que tenemos una cierta libertad.

En otras partes de la vida diaria, sin embargo, tenemos menos libertades. Los alemanes siempre tienen que entregar papeles y solicitudes para casi todo lo que quieren hacer. Si cambiamos de casa, tenemos que avisar la oficina de empadronamiento. Si queremos construir o modificar una casa, tenemos que pedir permiso de alguna otra oficina. Si cruzamos una zona peatonal con una bicicleta, tenemos que pagar una multa. Tengo que admitir que de verdad no se como se arreglan estas situaciones en Venezuela, pero con lo que he visto del tráfico venezolano, no creo que tengan que pagar multas para cruzar una zona peatonal con una bicicleta.

En resumen, aunque los Alemanes son más libres en algunos aspectos, hay otros aspectos en cuales son menos libres que los Venezolanos.

Julia S. dijo...

A mi me gustan mucho las reflexiones de Sabine. Es un comentario bien estructurado y inteligible.

Además se refiere al texto y absorbe el concepto teórico del señor Klappenbach así que desarolla sus ideas. En consecuencia Sabine llega a conclusión que la libertad absoluta no existe.

Eso es lo que yo pienso tambien y que ella expone muy bien. Se puede ver que Sabine se dedicó al texto y que pensó sobre el tema.

En mi opinion ella cumplió las exigencias completamente.

Louisa R. dijo...

Yo elegí el comentario de Fabienne G., porque me gusta su opinón sobre el texto de Klappenbach y la libertad. En general, nos dos estamos de acuerdo con Augusto Klappenbach y su definición de libertad: la única manera de asegurar la propia libertad es si los demás también la tienen.
Fabienne destaca muy bien el tema central del texto de Kalappenach, como muestra la frase: “ si nadie respeta la libertad del otro, nadie estará libre”. Las condiciones son muy difíciles para crear una libertad universal en una sociedad, porque cada uno tiene el derecho de ser libre. Sin embargo, no se puede limitar la libertad de los demás , es decir que hay limitar su propia libertad para que todos tengas el mismo derecho de ser libre. Klappenbach destaca los dificultades también en su artículo como demuestra el ejemplo de ser la única persona libre llevando el título del artículo al límite. Además, Fabienne retoma esa idea es su comentario de una manera muy cruel: “solo una persona se quedaría en libertad y a esta la matarían enseguida por razones de envidia u odio.”
En total, el comentario de Fabienne tiene una buena estructura con una pequeña introducción y una conclusión al final. Aparte de eso, ella usa buenos ejemplos para asegurar sus ideas principales. El comentario es fácil de leer y entender a causa de la buena estructura y los pocos errores. Me gusta mucho que ella tiene casi la misma opinión como yo.

Verena W. dijo...

Yo me decidí comentar el comentario de Fiona. Lo me gusto es que muestra otra opinión que la mayoría de los comentarios del blog. Aunque yo no estoy de acuerdo con lo que dice ella, como se puede ver de lo que yo escribí, yo pienso que su argumentación es buena. como pequeña introducción ella resume brevemente la idea de Klappenbach. Por siguiente destaca, que para ella la frase "Mi libertad termina..." no es válida. Ella es de la opiníon que
si cada individuo le quitaría la libertad al próximo, solo una persona se quedaría en libertad y estó resultaría en la dominación de uno sobre todes. Para poner énfasis en su argumentación da el ejemplo de los países pobres.
También da una conclusión corta para resumir el dicho.

Despina K. dijo...

La reflexion del texto de Julia me gusté mucho porque al principio pone el argumento central que menciona Klapenbach en su texto.
Con los argumentos que el inndividuo no posee su maxima libertad en una sociedad porque está censurado por la ley por ejemplo parece lógico y da un claro argumento que Klappen lo explica muy abstracto. Con el ejemplo que siga lo hace más simple de modo que todo puede entender que quiere decir Klappenbach sobre el téma de la libertad.
Me gusta mucho que insertió una pregunta porque como así se acerca al lector y hace sitio para que el lector se hace sus pensamientos y que se puede insertar su propia vista.
Que falta son algunos argumentos directos de Klappenbach que ella podría discutir y da su propia vista si está de acuerdo o no. Pero en general es un buen y simple comentario.

Sabine K dijo...

A mi me gusta mucho el comentario de Maria S. sobre el tema de la libertad. A mi juicio ella cumplió perfectamente con la tarea de comentar el artículo de Klappenbach y exponer además sus ideas y dar algunos ejemplos propios.
Maria da una estructura buena a su comentario: primero introduce el tema referiendose al dicho de Klappenbach, despues muestra que está de acuerdo con lo que dice él, y en seguida analiza un poco más el término “libertad”; ella muestra al lector que el concepto de la libertad es polifacético y que puede tener diferentes significados, dependiente de cada persona. Yo estoy de acuerdo con ella acerca de que es bien dificil dar una buena definición de “libertad”. Me gusta que Maria ponga unos ejemplos concretos de lo que puede significar libertad - así se entiende muy bien lo que quiere mostrar. Maria aclara además lo que significa libertad en Alemania y lo que dice la constitución alemana acerca de eso – eso me parece una muy buena idea porque da otro aspecto al debate.
Al final da un resumen corto que demuestra muy bien lo que ha dicho antes.

Betty L dijo...

Para empezar el texto de Augusto Klappenbach es – para mí – un texto bién comprensible, aunque no estoy de acuerdo con todo.

Por un lado en mi opinión es muy lógico que escribe: si se fija más profundamente en el tema, la libertad no es una cosa que se puede poseer, sino es más una relación social. Lo importante es que en las relaciones sociales de cada uno no debe existir dominación, si se cumple esta condición, eres libre.

Pero por otro lado, esto no es realizable. Siempre hay alguna dominación de alguién sobre otra persona, por ejemplo el padre “domina” sobre su hijo, el profesor “domina” sobre su estudiante.
De ahí que no se verifique esta definición por cierto. Porque el hijo, a pesar de estar dominado, puede sentirse libre, también el estudiante. Aquí acaba la teoría de Klappenbach.
Al final escribe que sería más una utópia su teoría. Aunque es imposible pensar de un mundo sin dominación, la idea solo con dejar vivir libre los otros, luego eres libre tu, suena muy simple y al mismo tiempo muy realizable.

En resumen el artículo de Klappenbach me hace pensar en nuestro mundo lleno de dominación de dictadores, de la economía o del dinero. Creo que si cada uno piensa en sus relaciones sociales y si el o ella domina sobre alguién, ya estámos un paso más adelante a alcanzar nuestra libertad.

Ivonne W dijo...

¿Dónde empieza y acaba la libertad de uno? Es la pregunta que plantea el texto por Augusto Klappenbach. El periodista rechaza la ideología del liberalismo porque para ello significa una competitividad entre los individos en la sociedad parecido al darwinismo. En contra, sugiere una relación recíproca entre la libertad de los hombres y la libertad de la sociedad. Según ello, la sola posibilidad de universalizar la libertad es la superación de la opción entre individuo y sociedad. No estoy de acuerdo con su punto de vista.

Para empezar, tengo que decir que eso es una idea muy buena, si bien idealista. La verdad es que el individuo y la sociedad se coartan uno al otro y eso es necesario para que puedan existir ambos. Para expresarlo más claro, es necesario echar una ojeada a algunos ejemplos. Al comienzo es importante tener muy claro que vivir en una sociedad significa vivir en algún tipo de comunidad. Y como es caracteristica de comunidades- también solamente funciona cuando colaboran todos sus miembros. A veces, esa colaboración incluye que es restringida la libertad de los individuos, por ejemplo en forma de reglas y leyes necesarios para una convivencia pacífica. Imaginamos que sean legalizadas las drogas porque es una foma de libertad de decisión si les usa o no. ¿Pero es verdad que cada uno puede decidirse por si mismo? ¿Qué pasaría con jovenes que no saben la gravedad de los consecuencias del abuso? Pienso que definitivamente hay miembros en la sociedad que se puede proteccionar de algunas cosas porque no son capaces de dicidirlo para sis mismos. Por eso, necesitamos reglas que reducen la libertad, pero al mismo tiempo aseguran la existencia de la sociedad.

Para concluir, a mi modo de ver, es lógico que la libertad de la sociedad y la del individuo se condicionen y al mismo tiempo se coarten. Para mí, no hay una libertad absoluta ni del individuo, ni de la sociedad, porque son interrelacionados.

Maria Sp. dijo...

El texto de Augusto Klappenbach explica claramente que en una sociedad moderna ser libre significa depender de la libertad de los demás. Como casi todos cosas en el mundo y especialmente de un punto de vista bíologica el ser humano y con eso su libertad depende de cosas que lo influyen la vida. Y el grado de libertad que voy a tener, empieza con la sociedad, el país, los alrededores en lo que nacemos y todos aspectos que desempeñarán una papel en nuestras existencias. El problema es la falta de la definición de un término tan abstracto como “libertad” con que todo el mundo puede estar de acuerdo. Porque la libertad puede significar una cosa muy diferente para casi todo individuo. Por ejemplo un gran porcentaje de la sociedad estadounidense se siente coartado en su libertad con la introducción de seguro de salud obligatorio mientras tanto la mayoría de los alemanes lo mira como algo que les da libertad.
Para concluir quería destacar que los puntos principales del texto tienen mucha razón pero por la falta de una definición universal de la libertad es un concepto muy imposible de discutir de una manera general

Cornelia M. dijo...

Estoy completamente de acuerdo con lo que dice el autor: La libertad de una persona termina donde empieza la libertad de otra persona.

La libertad del individuo termina por ejemplo si el comportamiento de éste afecta el bienestar de otra persona. Esto incluye todas las criminalidades como por ejemplo el robo de objetos o dinero por razones de la propia carencia de dinero. Otro ejemplo serán las actitudes involucrando heridas físicas a otras personas. Hay criminales que actuan de una manera bruta para mostrar su poder físico o solo porque tienen ganas de actuar así. Principalmente, los criminales vienen de un estrato social menos desarrollado por lo que actuan así. También se podría decir que los fumadores afectan la salud de los no fumadores por gozar de su libertad de fumar. Sin embargo, esto me parece muy atrevido porque por la prohibición de fumar en los bares y restaurantes los fumadores no pueden gozar de su libertad de fumar.

Para ser libre, es necesario que la sociedad acepta al otro y que el otro acepta la sociedad. Es una cooperación mutua y al realizarla no se debe afectar el uno al otro en su dignidad humana.

Alma K.A. dijo...

Para empezar, quiero decir que la libertad es un concepto dificil de definir.
Estoy deacuerdo con la idea que la “libertad [personal] termina donde empieza la libertad de los demás”. Por lo menos para garantizar una sociedad democrática, la libertad del individuo debe ser determinada en relación con la libertad de los otros seres que comparten esta misma libertad.
Sin embargo, la libertad personal se puede ampliar dentro de este mismo concepto de libertad limitada.
Cada vez que una persona se ve confrontada con un limite de su libertad personal, puede elijir de cometer una trasgresión.
Según la teoría de A. Klappenbach, una tal trasgresión significaria que otros se verian automaticamente limitados en su libertad.
No obstante, si la trasgresión pasa desapercibida o no es acompañada de consequencias negativas, la libertad personal es aumentada.
Personalmente creo que la libertad personal es practicamente illimitada; aún que una persona se sienta limitada, estos limites son concepciones sociales que uno acepta por razones logicas, pero uno siempre puede elijir de ignorar las mismas, siempre que este dispuesto a asumir las repercusiones.

178p.

Sue B dijo...

Para comenzar de discutir sobre el tema de la libertad y su límite quiero relacionarme al primero al comentario de Lamo de Espinosa. Dice que el consumo de las drogas, el suicidio y la violencia contra uno mismo es la cosa de cada uno, también cómo se constituye su carácter. Concluyéndolo, comprueba que todos los actos son legítimos, si no causarían danos a semejantes.
Con los puntos primordiales soy totalmente de acuerdo.
Para justificar mi punto de vista quiero decir que cada persona es responsable por sí misma, aunque tendrán viver con las consecuencias de su comportamiento a sí mismo. Lamo tiene razón cuando opina que el consumo de las drogas por ejemplo es una decisión individual. Si tu tienes ganas de colocarse y salir en otros mundos es tu asunto, si no entras otra persona inocente en esta cosa.Por otro lado ninguna institución y medida está en condiciones de impedir el consumo. Si tu eres achacoso de drogas puedes conseguirlas en todos los lugares, a pesar de la ilegalización.como por ejemplo, desde algunos anos una china presentar demanda contra una condena de consumo de marijuana antes del tribunal. Dijo que cada uno tiene el derecho a ebriedad" y a causa de ser asiática no puede aguantar alcohol. Recibió derecho. Pero por supuesto tienes dar cuenta a los ninos. En mi opinión sólo puedes protegerlos con una ensenanza amplia. Otro punto que Lamo mencionó es el suicidio.También opino que toda la persona tenga el derecho de vivir pero no de morir. Si para alguien la situación aparece como sin salida y nadie lo puede ayudar y sólo deseas poner fin a la vida, nadie tiene el derecho de reprobarte.
A continuación quiero mencionar con respecto a los "lados malos" que sería mucho mejor de agotar sus aficiones en vida privada como beber alcohol, tomar drogas, actos sexuales raros, etc. como causar perjuicios a los demás que no tienen nade que ver con eso.
Tengo la postura que si siempre reprimes tu naturaleza, tu vas a explorar algún día sin control, maleando personas ajenas.
Por eso termino con el resumen que la libertad significa sobre todo la libertad del otro, igual si tu no puedes entenderlo o identificarse con su manera de vivir. Sin embargo quiero acentuar en este lugar que no significa matar o violar sin secuelas, sino es decir que sólo en el propio espacio sin otra gente tiene que sufrir.
Además es anadido que tiene más sentido de luchar contra los orígenes del consumo de drogas, violencia, suicidio, etc. que muchas veces provienen de la sociedad, como encerrar esta gente o obligar de reprimir su libertad.

Isabell S dijo...

Al principio de su artículo, el autor Augusto Klappenbach dice que “Mi libertad termina donde empieza la libertad de los demás” expresando así que cuanto más crece su libertad más disminuye la libertad de los demás y al revés. ¿Tiene razón con esa afirmación? Yo, por mi parte estoy de acuerdo con lo que escribe.

Cada uno tiene que manejar responsablemente sus libertades para hacer posible una convivencia pacífica que es la base de una sociedad justa e igual. Si nadie respeta la libertad de los demás, nadie estará libre.

Falta añadir que mientras estoy perdiendo mi libertad en favor de la sociedad, al mismo tiempo estoy ganando la libertad que recibo de la sociedad. O sea, si tuviéramos todas las libertades que nos apetecieran, una vida en común sería imposible. Pero depende también de la sociedad en la que vivimos. Garantizar las libertades en un país donde hay una dictadura tampoco es fácil. Eso se puede explicar por el hecho de que la populación está sufirendo mientras que los privilegiados están disfrutando de una vida de lujo llena de libertades. ¿ Quién se cuida de las personas más débiles o pobres de la sociedad si cada uno sólo atende a su propio bienestar?

Otra pregunta que se me ha ocurrido al leer ese artículo fue ¿dónde empieza la libertad de los demás? ¿Y quien podría garantizarme que yo soy protegida contra la violencia de los demás?
Por eso, es evidente que la libertad de los individuos sea restringida para asegurar la libertad de todos.

Para resumir, me gustaría poner énfasis en el aspecto de Augusto Klappenbach que dice que la libertad de los demás no sólo no constituye un límite a la libertad propia, sino que es la única manera de asegurarla.

Catherine G dijo...

Para empezar, quiero decir que estoy a favor del derecho a la libertad de cada uno, pero no de la aceptación de los derechos enumerados de Lamo de Espinosa, como suicidarse, cometer violencias a si mismo o ser toxicómano (l. 3-4).

En primer lugar, no se puede mantener el punto de vista que estos derechos no afectan cien por cien a terceros. Un buen ejemplo es el suicidio en lo que la mayoría de la gente no goza de buena salud mental. La libertad del suicidio es dada, pero hay que proteger los enfermos ante de su estado mental. Añadido a esto, el suicidio se comete muchas vezes en presencia de otra gente por su delito pasional.

En segundo lugar, si se sigue la argumentación de no dañar a terceros, se debe preguntar donde acaba mi libertad y hasta que punto puedo ejercer mi derecho. Ya es una cuestión difícil para especialistas éticas, pero ¿como un “ciudadano simple” puede responder a esto?
Para profundizar este argumento, quiero mencionar que los hombres son de naturaleza egoístas, siempre buscando a sacar su beneficio, como dice el psicólogo Freud.

En resúmen, se debe negar a estos libertades a causa de la protección colectiva, pero hay que admitir excepciones, como por ejemplo el suicidio con buena salud mental.
~214 palabras

Sarah V. dijo...

¿La libertad, un derecho social o un derecho natural?
Klappenbach discute sobre la libertad como un fenómeno social y su discrepancia entre la libertad del individuo y la libertad de la sociedad. Además, él ve la libertad de un aspecto politico. Desde su punto de vista el liberalismo nació en una concepción de la libertad pero la utilisaba en sentido contrario.
La verdad es que no se puede caracterizar la libertad de fenómeno social. Estoy en contra de lo que dice Klappenbach; tiene sentido lo qué dice él sobre la base que utiliza para explicar su idea, pero en realidad la libertad es un derecho natural! Ya no está un derecho, sino es herencia del ser humano.
Como se puede ver en los pasos de la evolucion, la gente definía el sentido de la libertad de su punto de vista cultural. Inicialmente, la libertad no necesitaba definición porque cada uno había sido libre de tomar sus decisiones propias del principio. Cada uno es libre y puede ser libre si quiere. Pero, por un lado tambíen tenemos que ver las ventajas que ofrecen los derechos de un estado.
Un estado social como muchos estados en Europa regulan donde la libertad termina. Por ejemplo está prohibido matar y pegar a sus hijos. En culturas africanas, por otro lado, el estado tiene otra definición de la libertad que en Europa. Se puede decir que la mayoría de las mujeres no está libre.
Para terminar, es inevitable verificar que la ley de un estado está algo fundamental. Aunque, el término libertad no había existido hasta que la gente empezaba de prohibir cosas. No se puede discutir sobre lo que la libertad es, sino como se entiende la libertad en culturas diferentes . La gente tiene que entender que cada uno es libre y siquiera parece raro, nadie puede impidir a alguien que se suicide, por ejemplo.

Unknown dijo...

me gusto mucho estubo chido men me ayudo pa 1 tarea

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